En bastantes ocasiones hemos oído hablar de correr como método para ayudar a perder grasa, pero en esta ocasión lo presentamos como un ejercicio para ayudar a ganar fuerza y tamaño.

Y es que no es el hecho de correr, si no cómo se desarrolle este esfuerzo el que dará uno u otro objetivo. Es decir, si estamos una buena cantidad de tiempo realizando carreras por supuesto a una velocidad media o baja tendremos un tipo de meta diferente de si realizamos sprints durante algunas series. Tiene eso utilidad para los culturistas a la hora de ganar músculo? Yo creo firmemente que si, siempre y cuando se realice como proponemos en el resto del artículo. Expliquemos rápidamente que nuestros músculos tienen varios tipos de células o fibras musculares. Básicamente las podemos dividir en dos grandes grupos, las fibras rojas, lentas y oxidativas y fibras blancas, rápidas o glucolíticas. Lo que ocurre simplificando es que dependiendo del tipo de esfuerzo que queramos realizar se activan unas u otras. Las rojas cuando hacemos cosas que tienen poca dificultad (o intensidad) aunque duren mucho tiempo, hasta horas y horas… Las blancas cuando realizamos esfuerzos muy exigentes pero a cambio, claro está, no podemos seguir realizándolos más que segundos o algún minuto. Las primeras consumen preferentemente grasa, las segundas glucosa. Las primeras realizan esfuerzos o actividades que se denominan aeróbicas, las segundas anaeróbicas. Una vez explicado esto tenemos que señalar otra curiosidad de estos dos tipos de masa muscular, la roja apenas se hipertrofia y la blanca puede llegar a aumentar hasta ser varias veces su tamaño original. De esta manera entenderemos que las actividades físicas típicas del culturista van mayoritariamente dirigidas hacia las fibras blancas. Tan sólo nos preocupamos especialmente de las rojas si tenemos que mejorar nuestra condición cardiovascular o simplemente intentar quemar más grasa. Y es aquí, donde solemos oír hablar de la carrera en el culturismo.
Lee el artículo completo en nuestro número de mayo.