La dieta cetogénica se basa en consumir una ingesta calórica muy abundante en grasa (aproximadamente la cuarta parte del total; sí, hablo de alrededor del 75%), un 15 a 20% de proteína, y menos de un 10% de carbohidratos (procurando llegar al 5%), para así cesar el uso de la glucosa como fuente de energía (aportada por los carbohidratos) y pasar a la utilización de los cuerpos cetónicos (procedentes de la grasa). Al hacer esto, suelen producirse (de acuerdo a los adictos a esa dieta, teniendo en cuenta que no son demasiados los deportistas y atletas usuarios) los siguientes fenómenos (por lo general correlativos, aunque secuenciales):
• Desaparición del hambre.
• Aceleración del metabolismo.
• Aumento de la masa muscular.
• Control de la presión arterial y del perfil de riesgo cardíaco.
Los resultados de la dieta cetogénica tienen mucho que ver con las leyendas urbanas. Algunos aseguran haber perdido mucho peso en ¡solo 10 días!, un hecho imposible ya que resulta sumamente difícil rebajar más de 1 kilo de grasa por semana (implica un déficit de ¡9000 calorías!), y eso pesando por encima de 80-90 kilos.

LOS BENEFICIOS MAYORES
de la dieta cetogénica se aplican a personas obesas o muy pasadas de peso, siempre por encima del 25% de grasa en hombres y del 30% en mujeres.

Varios expertos aseguran que la dieta cetogénica puede ser negativa para muchos debido a los posibles daños sufridos por el corazón, que también es un músculo y, por tanto, verse afectado por la pérdida de agua intracelular.
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