No seré campeón del Mundo.
Y es que cuando empezamos y somos jóvenes, con el futuro por delante nos planteamos con toda la pasión de la juventud llegar a ser los mejores.
Pero es evidente que no todos llegan. En la vida el ganar es un concepto que ha de ser analizado por cada uno para interpretar posteriormente si estamos alcanzando las metas adecuadas o simplemente no hemos apuntado bien.
En el artículo de nuestra revista firmado por José María García intenta enseñar a los principantes esa dosis de realidad con la que debemos afrontar nuestra incursión en el mundo de la competición.
MILLONES DE PERSONAS entrenan en este planeta haciendo culturismo, como cualquier otro deporte. Pero sólo unos pocos (muy pocos) llegan a ser los mejores del mundo. El aceptar este hecho nos hará crecer como personas, puede que más incluso que como atletas. Manejemos la frustración por tanto.
Cuando eres pequeño, observas una serie en la televisión y te planteas llegar a tener todo lo que has visto para mañana mismo. Nuestros padres nos hacen despertar pronto y nos dejan claro que no se pueden obtener Todos los caprichos que deseas, aunque hoy en día muchos padres intentamos darles todo lo que nos piden en el erróneo pensamiento que así somos mejores padres. Y es que ahí aprendes a manejar esos deseos que por el simple hecho de tenerlos no cuestan más que pedirlos para obtenerlos. Y cuando no los tenemos, llorar, patalear, enfadarnos, autoagredirnos, desobedecer, comportarnos incluso violentamente son algunas de las respuestas que de manera irreflexiva un niño suele realizar.
A partir de ahí, pueden ocurrir dos cosas. Que tus padres cedan y te reafirmes en esta actitud o que se te niegue a pesar de tu comportamiento y tú tengas que madurar y entender que las cosas por pedirlas no vienen solas.
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