Un ácido graso poliinsaturado, el omega-3, se requiere para fortalecer nuestras neuronas, protegiendo nuestro corazón de un accidente cerebrovascular. Nuestro cuerpo no produce omega-3 por sí solo, por lo que debe proporcionarlo a través de nuestra ingesta de alimentos. Los pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas son ricos en omega-3, pero también alimentos vegetales como la linaza y la semilla de chía, nueces, espinacas y soja.