El omega-6 juega un papel importante en la regulación de nuestro metabolismo, promoviendo la respuesta inmunológica (entre otras cosas, aborda problemas inflamatorios) y regulando la coagulación sanguínea. Los alimentos ricos en omega-6 son muy comunes de encontrar: aguacate, todo tipo de legumbres, semillas, nueces y frutos secos, etc. Es por esto que una alta ingesta de omega-6 combinada con una baja ingesta de omega-3 puede causar desequilibrio que, en última instancia, puede conducir a una enfermedad.