- Hidrátate convenientemente. La clave esencial para hacer ejercicio durante estos meses es hidratarse de manera continua. Con altas temperaturas es recomendable beber suficiente agua antes de cada entrenamiento, además de beber pequeños sorbos durante el mismo.
- Cuida tu alimentación y aumenta tu consumo de frutas y vegetales. En línea con el punto anterior y con el recuento de calorías, es muy importante incluir en la nutrición diaria, alimentos que contengan mucha agua como el melón, la sandía y el resto de vegetales, especialmente los de hoja verde. Si tienes una licuadora, será el momento de darle el mayor uso posible combinando frutas con vegetales.
- Reduce la intensidad de tu entrenamiento. Por mucho que te esfuerces, notarás que en verano tienes menos fuerza explosiva, te cansas más rápido y te cuesta recuperarte tras el entrenamiento. Las altas temperaturas afectan a nuestro organismo y, por eso, hay que bajar la intensidad de los entrenamientos.
- Evita las horas de más calor. Aunque parezca obvio, son comunes los casos de insolación y los golpes de calor por salir a hacer deporte, en horas de excesiva exposición al sol. Olvídate de correr por el paseo marítimo entre las 12:00 y las 19:00. Recuerda que, además, el ejercicio cardiovascular es más eficaz antes del desayuno por lo que levantarte pronto para ejercitarte al aire libre, es una excelente idea.
