La mayoría de nosotros sabemos que el entrenamiento y la dieta juegan un papel importante en nuestra apariencia y, junto con algunos cuidados serios de la piel, permiten ocultar nuestra edad cronológica con bastante éxito. Un obsequio negativo que trae la edad se concentra en la zona del cuello y el escote, las manos, las rodillas y los codos. El hecho de que la piel sea más fina en esas partes supone que debemos cuidarlas desde la adolescencia y comenzar una rutina adecuada para conservar mejor su apariencia. Por la noche, cuando toca el momento del cuidado de la piel, ¿pasas tiempo limpiando, tonificando e hidratando tu rostro? ¿recuerdas ponerte crema para los ojos y un poco de bálsamo labial, y luego te vas a la cama? Bueno, pues vete primero al baño y mírate en el espejo y así descubrirás lo que no estás haciendo bien y de lo que puedes tener que arrepentirte en los próximos años.

Busca humidificadores que resulten adecuados para el cuello y el pecho porque se trata de una parte corporal que tiene tendencia a estar seca. A la hora de dormir, me gusta extender la crema sobre mi pecho después de haberlo hecho por el cuello para que así vaya actuando durante la noche. Puede que no sea la vista más bonita cuando me acuesto, ¡pero ese es el precio que hay que pagar para mantener tu piel en buen estado! Lo bueno es saber que, si tienes más de 30 años y nunca te has preocupado por cuidar esa región de tu cuerpo, aún puedes remediar el daño y prevenir la aparición de líneas, manchas y arrugas. Elige productos que reparen los daños y que, a su vez, fomenten la producción natural de colágeno. Utiliza todos los días un protector solar para el cuello y el pecho, y no descuides los laterales del cuello. También sugiero aumentar tu consumo de ácidos grasos Omega 3 y 6, ya que son esenciales para que tu cuerpo siga produciendo colágeno. Aprende a amar los aguacates y el pescado procedente de agua fría. Son unos alimentos excelentes para obtener tu dosis diaria de Omega 3.